Una cocina para Mis riñones

¿Cómo una buena dieta puede ayudarle a usted y a sus riñones?

● Previene la desnutrición y enfermedades secundarias.

● Evita unos niveles elevados de potasio y fosfato.

● Mejora la tolerancia a la diálisis.

● Hace que recupere la alegría de comer y vivir.

IMPORTANTE: La dieta debe adaptarse a cada paciente caso por caso, teniendo en cuenta cada situación individual y los tratamientos en curso. La composición y las características de la dieta deben comentarse SIEMPRE con un nutricionista profesional y con su médico y adaptarse a cada persona.

En caso de nefropatía (insuficiencia renal) crónica avanzada o terminal, los riñones ya no pueden cumplir su función como órgano filtrante y excretor, lo que puede originar una intoxicación por orina (uremia). En ese momento, la diálisis (también conocida como tratamiento de sustitución renal) asume esta tarea. Sin embargo, como la diálisis no purifica la sangre durante 24 horas al día como un riñón sano, resulta muy difícil, si no imposible, que la diálisis elimine todas las sustancias críticas. Por estos motivos, los pacientes sometidos a diálisis han de ser especialmente cuidadosos con su dieta. Deben tener en cuenta el aporte de líquidos, proteínas, vitaminas (como la vitamina B) y minerales, como potasio, sodio y fosfato.
Aunque existen unas recomendaciones generales sobre la dieta de los pacientes en diálisis, resulta esencial adaptarlas siempre de manera individual a las necesidades respectivas de cada paciente.

Es muy importante que hable con su médico de todas las cuestiones médicas y que coordine su dieta concreta con un nutricionista profesional.

El aporte de proteínas es muy importante en los pacientes sometidos a diálisis. Los componentes de las proteínas (aminoácidos) que se transportan por la sangre son tan pequeños que pueden eliminarse de ella durante la diálisis, lo que puede acarrear una deficiencia de proteínas.

El aporte de líquidos también tiene gran importancia en los pacientes con problemas renales y especialmente en los sometidos a diálisis. Los riñones no son capaces de manejar la misma cantidad de líquido que los riñones sanos, por lo que hay que ayudarlos limitando el aporte de volumen de líquidos durante el día. Además, en los pacientes sometidos a diálisis, con cuanto menos líquido se llega a la sesión de diálisis, menos agua hay que retirar del organismo, lo que contribuye a que se tolere mejor.

Otros elementos a tener en cuenta a la hora de planificar la dieta de los pacientes con nefropatía (enfermedad renal) son: potasio, sodio y equilibrio/aporte de fosfato.

Aunque el cumplimiento de estas restricciones alimentarias podría parecer complicado, un buen principio director para la mayoría de los pacientes es el de «todo con moderación», de modo que es muy posible seguir una dieta debidamente restrictiva sin perder la alegría de comer.

Algunas reglas importantes para mantener sanos los riñones son:

● Siga una dieta fresca, saludable, diversa y, si es posible, mediterránea.

● Reduzca al mínimo los alimentos procesados y para llevar.

● Mantenga un buen control de la presión arterial.

● Controle el nivel de azúcar en sangre.

● Evite fumar y beber alcohol.

Trate de hacer ejercicio aeróbico un mínimo de 5 veces por semana durante 30 minutos.[1] [FGI{2]  Hable con su médico de la cantidad e intensidad del ejercicio, ya que podrían ser diferentes según cada caso.

Algunos consejos nutricionales adicionales:

● La cantidad de agua consumida debe adaptarse a la diuresis. Esto es algo que ha de explicarle su médico para determinar la cantidad correcta de agua que debería poder beber a diario.

● Una dieta baja en sal (sodio) ayuda a mantener controlada la presión arterial.

● No coma demasiadas proteínas (de origen animal) ni demasiado pocas. Hable con su médico de la cantidad correcta de proteínas que puede comer. Esto puede variar de un paciente a otro.

● Evite los aditivos de fosfato artificiales, ya que aumentan el nivel de fosfato en el organismo.

● Siga los consejos de sus especialistas sobre el potasio y aprenda de qué alimentos puede disfrutar y cuáles debe evitar.

● Consuma suficiente energía. Hable con su médico para determinar el aporte calórico diario que resulta adecuado en su caso.

● Elija grasas vegetales en lugar de animales. Las grasas de origen vegetal tienen una mayor proporción de ácidos grasos monoinsaturados, que ayudan a mantener sano el corazón.

Entremos en detalles respecto a algunos componentes importantes de la dieta.

Energía

Un aporte energético adecuado resulta especialmente importante en todos los estadios de la nefropatía.

En las personas con riñones sanos, la energía diaria que necesita el organismo depende de la estatura, el peso, la edad, el sexo y el rendimiento diario individual, es decir, la cantidad de energía que emplea cada persona cada día. El aporte energético se mide en calorías (cal) o kilocalorías (kcal). Las personas con nefropatía sometidas a diálisis deben tener en cuenta que la propia enfermedad y la diálisis requieren mucha energía y exigen un gran esfuerzo. Por este motivo, los pacientes con nefropatía tienen una necesidad de energía algo mayor que las personas sanas. En caso de consumir muy pocas calorías, los pacientes pueden manifestar rápidamente debilidad, falta de energía, falta de fuerza y otros signos de desnutrición o déficit de energía. En los pacientes con balance energético negativo, es decir, queman más energía de la que consumen, se utilizan tanto las proteínas corporales como las pocas proteínas de origen alimentario permitidas para suministrar energía. Esto puede conllevar un aumento no deseado en la sangre de la urea, un subproducto del uso de proteínas como fuente de energía, lo que supone una carga adicional para los riñones.

Las recomendaciones relativas al aporte de energía en los pacientes con nefropatía y en diálisis con actividad física ligera son:

Mínimo de 30-35 kcal/kg de peso al día*

Ejemplo: una persona de 65 kg que realiza una actividad física ligera necesita un mínimo de 2275 kcal de energía al día.

*El aporte energético óptimo para los pacientes con nefropatía crónica, según indican las directrices de la Kidney Disease Outcomes Quality Initiative (KDOQI), es de 35 kcal/kg al día en los menores de 60 años y de 30-35 kcal/kg al día en los de 60 años o más.

En todos los pacientes con nefropatía y también en los sometidos a diálisis, la dieta diaria debe estar compuesta individualmente por los principales nutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas), teniendo en cuenta los valores sanguíneos y la función renal residual.

Proteínas

Las proteínas se consideran los elementos básicos de la vida. Resultan esenciales para construir y mantener los músculos, transportan moléculas como el oxígeno, nos mantienen sanos como parte del sistema inmunitario y desempeñan tareas importantes de diversa índole en todas las zonas del cuerpo.

Las proteínas desempeñan una función importante en los pacientes con nefropatía. La mayoría de los productos de desecho del metabolismo de las proteínas, como urea, ácido úrico y creatinina, se excretan por la orina.

Las proteínas se descomponen en urea en el hígado y se excretan por los riñones en las personas sanas y mediante diálisis en los pacientes sometidos a este procedimiento.

La reducción del aporte de proteínas puede retrasar, en ocasiones, la progresión de algunas nefropatías y, por tanto, el comienzo de la diálisis.

En los pacientes diagnosticados de nefropatía resulta especialmente recomendable limitar el consumo de proteínas procedentes de alimentos de origen animal. Las proteínas de origen animal son ricas en purinas y fosfatos. Las purinas y los fosfatos afectan a los riñones, ya que estos deben trabajar para eliminar el exceso y mantener su equilibrio. La limitación del aporte alimentario puede aliviar la carga sobre los riñones.

El aporte recomendado de proteínas en los pacientes con nefropatía que no reciben diálisis es de 0,8-1,0 g/kg de peso corporal. Lo ideal es que no más de la mitad proceda de fuentes animales. En los pacientes con nefropatía avanzada (FG <25 ml/min/1,73 m²), el aporte diario recomendado de proteínas es de 0,6-0,75 g/kg.

Algunos pacientes podrían necesitar una restricción más estricta del aporte de proteínas. La consulta con el médico responsable del tratamiento y con un especialista en nutrición siempre debe orientar estas decisiones, caso por caso.

Aunque la restricción de proteínas suele ser necesaria en los pacientes con insuficiencia renal para aliviar la carga sobre los riñones, ha de haber un equilibrio con el aporte de proteínas necesario para mantener muchas funciones básicas. Si no se consumen suficientes proteínas y calorías, se corre el riesgo de utilizar las proteínas del propio organismo. Esto debe evitarse, ya que puede provocar la degradación de los propios músculos para obtener proteínas y, entre otras cosas, debilitamiento del sistema inmunitario, formación de edema, mala cicatrización de las heridas y debilidad general, así como disminución del rendimiento diario por la degradación muscular.

Cálculo de las necesidades proteicas (ejemplo):

70 kg x 0,8 g/kg = 56 g de proteínas totales.

50 % de ellas de origen animal = 25–30 g de alimentos de origen animal

Una regla general sencilla para elegir alimentos de origen animal:

● Cualquiera de los siguientes, por día: ¼ l de leche o producto a base de soja, 1–2 lonchas de queso (60 g), 1 huevo

● O bien: 1 porción de carne o pescado y ninguna otra fuente de proteína de origen animal

Trate de elegir alimentos frescos sin aditivos como el fosfato.

La tabla de equivalentes de "5 g de proteínas" le ayudará a determinar el contenido en proteínas de los alimentos de origen animal.

 

Contenido en proteínas de alimentos en porciones habituales:

a) Alimentos de origen animal

Quantity  Cantidad

Proteínas (g)

Queso fresco batido (quark), desnatado

 1 cucharada

30 g

4

Queso fresco batido (quark), 40 % de grasa en materia seca

1 cucharada

30 g

3

Carne (peso bruto)

1 porción

125 g

25

Pescado

1 porción

150 g

27

Queso

1 porción

40 g

10

Yogur

1 vaso

150 g

5

Leche

1 vaso

200 ml

7

Helado

1 bola grande

75 g

2

 

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b) Alimentos de origen vegetal

   Cantidad Proteínas (g)

Patatas

1 porción (3 a 4 patatas)

250 g

5

Arroz
(peso bruto)

acompañamiento

60 g

4

Pasta (peso bruto)  

acompañamiento

60 g

6

Pasta
(peso bruto)

plato principal

100 g

12

Pan integral

1 rebanada

50 g

3

Magdalena

1 unidad

45 g

3

Cereales

1 cucharada

60 g

6

Lentejas

1 porción

150 g

4

Bizcocho

1 trozo

70 g

4

Verduras

1 porción

150 g

1

Fruta

1 pieza

150 g

1

Mermelada

1 cucharada

10 g

0

 

No filter results

Fosfato

El fosfato es un mineral que desempeña una función esencial en el metabolismo óseo humano. Normalmente, el fosfato se capta de los alimentos en el intestino y el exceso se excreta por los riñones. Los niveles elevados de fosfato son un signo de deterioro de la función renal. Un riñón disfuncional ya no es capaz de garantizar una eliminación adecuada del fosfato. Las concentraciones excesivas de fosfato pueden producir calcificaciones vasculares, lo que incrementa el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o ictus o trastornos circulatorios en las extremidades. Además, los niveles elevados de fosfato pueden contribuir a un reblandecimiento óseo, lo que facilita la aparición de fracturas.

La disminución del aporte de fosfato es una de las opciones para regular el nivel de fosfato en los pacientes con nefropatía.

¿Cómo puedo seguir una dieta baja en fosfato?

El aporte de fosfato está estrechamente relacionado con el de proteínas, es decir, los alimentos ricos en proteínas, como los productos lácteos, la carne y los embutidos, también son ricos en fosfato.

Varios alimentos llevan aditivos que contienen fosfatos. Puede encontrar esta información en la etiqueta del alimento, en la lista de ingredientes.

El fosfato no puede eliminarse de los alimentos o es muy difícil de eliminar durante la preparación, por lo que los platos cocinados contienen casi tanto fosfato como los productos crudos.

Bueno saberlo: las tablas nutricionales siempre indican el valor medido en el laboratorio y no el que absorbe realmente el intestino.
El organismo solo absorbe entre el 50 % y el 60 % del fosfato de los alimentos ricos en fibra, a diferencia de aquellos con fosfato artificial añadido. El fosfato procedente de los aditivos alimentarios presentes en muchos alimentos procesados es absorbido casi completamente por el organismo.

Consejos prácticos:

● Las preparaciones de queso procesado de todo tipo (por ejemplo, queso de pasta cocida, queso para untar o queso procesado), la leche en polvo y la leche condensada contienen o llevan añadido mucho fosfato. Evite estos alimentos.

● Coma queso de pasta dura o semidura solo rara vez y en pequeñas cantidades, es decir, no más de 1–2 lonchas finas (25–50 g) al día.

● Elija quesos bajos en fosfato como quark, queso crema, camembert, brie o mozzarella.

● Todos los productos lácteos líquidos contienen mucho potasio y fosfato, por lo que no beba ni coma más de 1/8 l de leche, suero de leche o yogur al día.

● La carne fresca es más adecuada que la procesada o los embutidos, como la carne curada, ya que a menudo contienen aditivos de fosfato.

● Pida específicamente embutidos sin fosfato añadido en la carnicería.

● Coma solo una pequeña porción de carne recién preparada (unos 125 g) al día.

● Los frutos secos, las almendras y el chocolate son ricos en fosfato, pero puede comer pequeñas cantidades.

● Para hornear, es mejor usar levadura en polvo sin fosfato, crémor tártaro, sal de cuerno de ciervo o bicarbonato de sodio en lugar de levadura en polvo convencional, ya que esta es muy rica en fosfato (1 sobre puede contener hasta 1500 mg de fosfato).

● Los alimentos procesados pueden contener fosfatos como aditivos, así que use alimentos frescos sin procesar siempre que sea posible y eche un vistazo a la lista de ingredientes de los productos cuando compre.

Aditivos de fosfato

Muchos alimentos llevan aditivos que contienen fosfatos. Encontrará esta información en la etiqueta del alimento, en la lista de ingredientes, con una E seguida de un número (E = Europa). Algunos ejemplos:

E 322, E 338, E 339, E 340, E 341, E 343, E 450 a, E 450 b, E 450 c, E 540, E 543, E 544, E 1410, E 1412, E 1413, E 1414 y E 1442.

Si es posible, evite estos aditivos que contienen fosfato. Hable con su médico y nutricionista para saber si necesita reducir el aporte de fosfato y cómo hacerlo del mejor modo posible.

E number

Descripción

Efecto

¿Dónde puede encontrarse?

E338

Ácido fosfórico (también: ácido ortofosfórico, fosfato)

Agente complejante, regulador de la acidez, sal fundente

Bebidas de cola, cremas de café, leche en polvo

E339

Fosfato de sodio

E340

Fosfato de potasio

E341

Fosfato de calcio

E343

Fosfato de magnesio

E442

Fosfátidos de amonio

Emulsionante

Productos de cacao y chocolate

E450

Difosfatos

Agentes complejantes, reguladores de la acidez, sales fundentes

Productos cárnicos, queso procesado y preparaciones hechas de los mismos, postres, helados, mezclas para hornear, levadura en polvo

E451

Trifosfatos

E452

Polifosfatos

E541

Fosfato ácido de aluminio sódico

Gasificante

Galletas

E1410

Fosfato de monoalmidón

Almidón modificado, estabilizante, soporte para aditivos, espesante

Aderezos, salsas, rellenos de frutas, flan en polvo, sopas secas, pan y productos horneados

E1412

Fosfato de dialmidón

E1413

Fosfato de dialmidón fosfatado

E1414

Fosfato de dialmidón acetilado

Almidón modificado, estabilizante, soporte para aditivos, espesante

Productos congelados, salsas, sopas, postres, confitería, productos horneados y sus rellenos, queso y preparaciones de queso procesado

E1442

Fosfato de dialmidón hidroxipropilado

Emulsionante, almidón modificado, estabilizante, espesante

Rellenos para pasteles, aderezos para ensalada, goma de mascar, productos terminados

No filter results

Sal de mesa/cloruro de sodio

Una dieta baja en sodio para una nefropatía crónica se define como entre 5 y 6 g de sal de mesa (cloruro de sodio = NaCl) al día. Esto equivale a entre 2000 y 2400 mg o entre 87 y 105 mmol de sodio (Na).

La sal (cloruro de sodio) es un componente esencial que interviene en muchos procesos importantes del organismo. Sin embargo, normalmente tendemos a consumir más sal en la dieta de la que necesitamos. Un mayor consumo de sal no solo eleva la presión arterial, sino que también altera el equilibrio del agua dentro de los tejidos corporales y fuera de ellos, en la circulación, lo que puede dar lugar a una acumulación de líquido (también conocido como edema).

Cuanta menos sal de mesa consuma, más baja tendrá la presión arterial y más eficaces serán la mayoría de los antihipertensivos. Mantener controlada la presión arterial ayuda a aliviar la carga sobre los riñones y puede ralentizar el deterioro de la función renal de los pacientes con nefropatía.

Consejos para seguir una dieta baja en sal

• Reduzca el consumo de cualquier tipo de sal. Algunos ejemplos son: sal yodada, sal marina, sal de hierbas, sal de ajo, sal de apio, sal de roca, sal del Himalaya, cubitos de caldo de verduras, cubitos de caldo de carne, etc.

• La salsa de soja es muy salada. No obstante, también hay salsas de soja con un contenido reducido de sal. Lea las etiquetas.

• Evite los alimentos procesados y muy salados, como alimentos procesados o ultraprocesados, pepinillos encurtidos, productos cárnicos y de pescado ahumados y curados, como jamón, anchoas o arenques salados, así como comidas preparadas, sopas preparadas, cubitos de caldo y salsas preparadas.

• Hay muchas opciones para añadir sabor a las comidas sin tener que usar sal. La adición de ajo, zumo de limón o lima o cualquier combinación de especias que se le ocurra puede aportar mucho sabor a las comidas. ¡Ni siquiera echará de menos la sal!

• No se recomienda el uso de sustitutos de la sal, como sales «light» o dietéticas, porque contienen mucho potasio, que también hay que controlar en los pacientes con nefropatía.
 
• Como siempre, preste atención a la lista de ingredientes, siempre que sea posible.

Aunque la adopción de una dieta baja en sal supone un reto relativamente grande y puede ser difícil seguirla, no se rinda: las papilas gustativas de la lengua suelen adaptarse al cabo de una o dos semanas.

Potasio

Al igual que el sodio de la sal de mesa, el potasio es un electrólito. Es esencial para transmitir los impulsos nerviosos que controlan los músculos y el corazón, así como los impulsos entre las neuronas del cerebro. Unos niveles elevados de potasio causan debilidad muscular y, en el peor de los casos, pueden provocar una parada cardíaca. Unos niveles bajos de potasio pueden desencadenar una hiperexcitabilidad de los músculos y arritmias cardíacas.

Dado que los riñones son el principal órgano excretor del potasio, cuando se produce insuficiencia renal o nefropatía, se ve afectado el equilibrio en los niveles de potasio. Sin embargo, el riñón enfermo puede regular adecuadamente los niveles de potasio durante mucho tiempo. A medida que se va restringiendo la función renal (cuando un paciente llega a la insuficiencia renal), también disminuye la excreción de potasio y aumenta el nivel de potasio en la sangre, lo que puede ser muy peligroso y requerir atención médica inmediata.

También se deben considerar otras causas de unos niveles elevados de potasio:

Además de la dieta, hay otras causas que hacen que se eleve el potasio en la sangre, como: degradación muscular cuando se ingiere una cantidad insuficiente de proteínas o cuando los riñones no eliminan adecuadamente los productos metabólicos ácidos, lo que hace que la sangre se vuelva más ácida. Esto provoca un aumento del potasio. Otras situaciones, como vómitos o diarrea, reducen la cantidad de potasio en la sangre. Algunos medicamentos también influyen en los niveles de potasio, por lo que es importante que tome los medicamentos según las indicaciones y que acuda a revisiones periódicas con su médico. 

Agua

El consumo diario de líquidos es una cuestión clave para todo paciente con nefropatía o en diálisis. Cuando la cantidad de líquido en el organismo es demasiado grande, el agua se acumula en determinados tejidos y provoca la formación de edema.

La cantidad máxima de líquido no debe superar los 2-3 litros al día.

La capacidad de los riñones de excretar agua no se detiene hasta los estadios finales de la enfermedad, cuando los riñones dejan de funcionar por completo.

En general, se aplica la siguiente regla para evitar la retención de agua (edema):

La cantidad de orina excretada durante las últimas 24 horas más 500-800 ml equivale a la cantidad que podría beber normalmente.

Sin embargo, únicamente se trata de un principio director y la cantidad de líquido que se permite beber a diario a cada paciente debe determinarse individualmente y adaptarse al estadio de la nefropatía en el que se encuentra, en colaboración con el nefrólogo responsable del tratamiento.

Recursos relacionados

Ejercicio y riñones